Vistas de página en total

miércoles, 7 de noviembre de 2012

FIN DE TIEMPOS FELICES..

EL CAMINO HACIA EL DESAMOR Y LA RUPTURA .....

El amor es la expresión más humana, la que mayores recompensas provee al ser amado, el amor es el sentimiento que posibilita y facilita lo que cada uno es desde sus opciones más sanas y generosas.
Cuando la relación de pareja empieza a convertirse en amenazante e insatisfactoria, atentatoria de la intimidad y del respeto por sí mismos, cuando la pareja pierde el horizonte y siente que pierde razones para vivir con la otra persona, se inicia ese proceso de deterioro del amor que para muchos concluye en la ruptura.
Uno de los hechos que facilita el crecimiento del malestar y empieza a ser terreno abonado del desamor, es cuando la gente convive y toma la decisión de la permanencia con alguien a quien no conoce bien, la atracción física juega el papel de enmarcador de la situación.
Otro evento que deteriora el sentimiento es cuando los tres elementos de la pareja: el yo, el tú y el nosotros no participan de una interacción dinámica y equilibrada. Cuando uno de ellos ahoga la posibilidad del otro, no existe la formación del proceso y no se encuentran opciones para estimular el amor.
MANIFESTACIONES DEL DESAMOR
Un tercer elemento es cuando el amor muere por falta de nutrientes. Las parejas se confunden, se agreden, se dejan llenar de obligaciones y no encuentran la manera de alimentar sus expresiones amorosas. Una de las primeras manifestaciones del desamor es la que hace relación con la pérdida de contactos corporales.
El primero en perderse es el contacto visual, dejar de mirarse con ternura, con aprobación, con agrado. La mirada anhelante de pasión deja de pertenecer al código elemental de comunicación, las caricias se tornan mecánicas y obligatorias, los besos dejan de ser profundos y se traducen en manifestaciones de saludo o despedida, las frases amorosas se circunscriben a algunas palabras de cariño; el «te amo, te quiero, te necesito», pasan a un extraño olvido.
La comunicación se torna confusa, agresiva, llena de suposiciones y malos entendidos. Cada uno adopta una postura que le impide establecer una expresión comunicacional franca y abierta.
La evasión, la crítica negativa, la descalificación, la indiferencia o la ignorancia, forman un abismo y una distancia que los vuelve irreconocibles; o por el contrario, las agresiones y las discusiones ofensivas transforman el amor en un cúmulo de resentimientos, que por su magnitud y no manejo se vuelven irreconciliables.
Romper significa costos emocionales, sociales y económicos. Cuando las parejas han soportado tanto y han acumulado insatisfacciones y no han podido resolver sus conflictos, prácticamente han muerto el uno para el otro.
LA BUSQUEDA INUTIL
La pareja en proceso de rompimiento no tiene claro cómo cada uno contribuye a la relación, o mejor dicho creen contribuir ellos, pero su pareja no; son conscientes de lo poco que obtienen, pero no son capaces de determinar qué tan obsequiosos son con su pareja y cuál es la percepción que el otro tiene de su comportamiento.
La mayoría de las parejas que terminan en separación no han logrado cumplir con las expectativas ni de sí mismo, ni del otro. Es probable que hayan manejado ideas fantásticas acerca de cómo ser un paquete atractivo para el otro, ha pedido la perfección y ha luchado inútilmente por obtenerla.
Las parejas perfectas no existen, existen seres humanos cuya forma de actuar, de sentir, de emocionarse, de plantear la vida, es agradable para el otro; no tiene que ser igual al otro.
Cada persona tiene características: unas agradables y otras menos tolerables. En la variabilidad y la diferencia están algunos de los secretos para conservar no sólo la pareja, sino para mantener vivo el amor. Cuando esto no se logra, el rompimiento es inminente.
Cuando existe el amor existen posibilidades. La fatiga y el desamor concluyen en una dolorosa ruptura de aquellos que no supieron luchar o no pudieron mantenerse unidos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario