FEDERICO GARCIA LORCA
Equivocar
el camino
es
llegar a la nieve
y
llegar a la nieve
es
pacer durante veinte siglos las hierbas de los cementerios.
Equivocar
el camino
es
llegar a la mujer,
la
mujer que no teme la luz,
la
mujer que no teme a los gallos
y
los gallos que no saben cantar sobre la nieve.
Pero
si la nieve se equivoca de corazón
puede
llegar el viento Austro
y
como el aire no hace caso de los gemidos
tendremos
que pacer otra vez las hierbas de los cementerios.
Yo
vi dos dolorosas espigas de cera
que
enterraban un paisaje de volcanes
y
vi dos niños locos que empujaban llorando las pupilas de un asesino.
Pero
el dos no ha sido nunca un número
porque
es una angustia y su sombra,
porque
es la guitarra donde el amor se desespera,
porque
es la demostración de otro infinito que no es suyo
y
es las murallas del muerto
y
el castigo de la nueva resurrección sin finales.
Los
muertos odian el número dos,
pero
el número dos adormece a las mujeres
y
como la mujer teme la luz
la
luz tiembla delante de los gallos
y
los gallos sólo saben votar sobre la nieve
tendremos
que pacer sin descanso las hierbas de los cementerios.
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